martes, 1 de junio de 2010

'Cántico' abre una ventana a la aventura literaria de posguerra




El Palacio Episcopal exhibe hasta el 4 de julio una magna exposición con obras de arte, libros y documentos con los que evocar al grupo y la revista que marcaron época.
Ajenas a la pugna por la capitalidad cultural, Málaga y Córdoba se dan ahora la mano para recorrer en el tiempo un camino de poesía y arte que les remonta a los "terribles" años de la posguerra. La revista Cántico dio nombre a un grupo de amigos empeñados en una "aventura" común, la de abanderar una intelectualidad subversiva, heterogénea y contestataria. Rafael Inglada, comisario de la exposición Cántico 2010 recordó ayer el germen de una magna muestra que, tras su paso por Córdoba, se puede ver ahora en el Palacio Episcopal hasta el 4 de julio.

Compuesta por más de 350 documentos, fotografías, obras de arte (entre ellos cuadros de Romero de Torres) y libros, muchos de ellos inéditos, pretende retratar el universo estético de la revista que dio nombre a todo un movimiento cultural, nacido en Córdoba pero con importante presencia de malagueños en sus filas. Los poetas Pablo García Baena (que residió en la Costa del Sol durante 40 años), Alfonso Canales, el editor Bernabé Fernández-Canivell dejaron su huella en esta revista que encontró además un lazo de hermandad en la publicación malagueña Caracola fortalecido en el congreso de poesía celebrado en Santiago de Compostela en 1954, según recordó ayer García Baena.

"En una época de hierro y de presión, lo único que intentaron fue vivir a su manera la libertad prohibida, una libertad que llegó después con la revista, la rebelión estaba en el lenguaje", recordó el poeta, fundador de Cántico.

La exposición, organizada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y la Fundación de Artes Plásticas Rafael Botí de la Diputación de Córdoba realiza un recorrido en orden cronológico que se remonta antes incluso de la fundación de la revista en 1947, según detalló Inglada. Así, los primeros ejemplares están fechados a partir de finales de los años 30, y corresponden a tres libros de Pablo García Baena que quedaron inéditos, Poema (a Josefina) (1938-1939), Escuadra (1939) y Por el mar de mi llanto (1941).

Por su parte, García Baena recordó cómo la revista pasó por diferentes etapas. "La primera era una etapa más cerrada, a expensas de sus creadores, más personal; la segunda fue más ecléctica, abierta a colaboradores", detalló. Posteriormente fue abriéndose a otra literatura "y a la lengua gallega y catalana, y de ahí a la literatura extranjera", añadió el también director del Centro Andaluz de las Letras.

"Todos los poetas de Cántico tienen versos dedicados a Málaga, a su playa, a la estatua de Marqués de Larios, a sus gitanas, a esas malagueñas tan cercanas a la pintura de Romero de Torres", evocó García Baena, único superviviente del grupo junto al pintor y escritor Ginés Liébana.

Fuente:Rocio Armas - Málaga Hoy

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