miércoles, 11 de noviembre de 2009

ElescaparArte: pipirrana digital de cultura malagueña


El portal malagueño www.elescapararte.com funciona como red social y como una sala de exposiciones virtual.

Todo artista ha de enfrentarse al difícil paso de mostrar al público la obra creada en la intimidad y el salón familiar no es la mejor sala de exposiciones para quien espera tener alguna proyección. Para paliar la falta de espacios artísticos en Málaga y para facilitar el intercambio de ideas entre artistas, compradores y aficionados al arte nació en 2008 ELESCAPARARTE.COM, una web en la que los creadores malagueños de disciplinas muy dispares, tanto noveles como con una trayectoria consolidada, pueden hacerse visibles de una forma directa, sin intermediarios.

El portal ofrece la la oportunidad de exhibir la obra de manera gratuita, el único requisito es inscribirse como usuario y aceptar las condiciones de uso. Sus responsables, los malagueños Luis Villaverde y Fernando Mancilla, lo conciben como un punto de encuentro y de intercambio, un espacio desde el que apoyar a los artistas malagueños y con el que pretenden cubrir una de las carencias culturales de la ciudad. Saben aprovechar también las posibilidades que ofrece un medio como internet y, por ejemplo, los usuarios inscritos pueden interactuar como si se tratara de una red social y, por supuesto, opinar sobre las obras expuestas.

Pintores, escritores, artesanos, diseñadores y coleccionistas pueden encontrar en www.elescapararte.com un punto de partida para darse a conocer o para ampliar su público. Los responsables de la web no intervienen en las actividades de compraventa pero es fácil que se encuentren las partes.

No sólo los creadores pueden encontrar interesante esta gran sala de exposiciones virtual. Los amantes del arte encontrarán un espacio en el que descubrir nuevos valores, encontrar una imagen con la que identificarse, acceder a interesantes colecciones privadas o recibir información puntual sobre exposiciones de todo el país y otras actividades.

Fuente: La Opinión de Málaga