jueves, 18 de junio de 2009

El Festival de Teatro de Mijas reafirma su apuesta por el humor


El Auditorio Municipal de Mijas volverá a abrir sus puertas este verano para acoger el XXIII Festival de Teatro, que se celebrará entre el 16 y 20 de julio a partir de las 23:00 y que, como cada año, cuenta con figuras de primer nivel. Con el objetivo de fomentar también a lo grupos locales de teatro, éstos se encargarán de estrenar y clausurar la edición. En este sentido, el prometedor programa dará comienzo el 16 de julio con la obra La Casa de la Salud que será interpretada por los participantes del taller de la Universidad Popular de Mijas y cuya trama se basa en el personaje de un joven banquero que se verá envuelto en una historia de favores. El día 17 de julio se subirá a los escenarios el grupo Yllana con la cómica obra Brokers que, con su peculiar lenguaje, retrata el mundo de las altas finanzas mediante cuatro personajes que persiguen el poder, el éxito y el consumismo desmesurado, aunque también descubrirán el lado más oculto provocado por situaciones verdaderamente ridículas. El turno de Son Dos está reservado para el 18 de julio donde la pareja de humoristas formada por Faemino y Cansado garantizarán las risas de los espectadores, ya que su representación está basada en la serie de números que han realizado a lo largo de su trayectoria televisiva y que no fueron llevados a los teatros. El día 19 de julio se abrirá el telón para recibir a Pepe Viyuela que, a través de Encerrona, invita a hacer una reflexión profunda sobre la vida cotidiana de un payaso. Así, el personaje se verá encerrado en un escenario y ante unos ojos invisibles que le observan, intentará salir del paso gracias a objetos tan habituales como una guitarra, una silla, una chaqueta, un periódico y una escalera.El último día, 20 de julio, tres compañías de teatro de diferentes rincones de Europa clausurarán este festival, aunque con un denominador común: Miguel de Cervantes. Bajo este nexo, cada grupo representará una obra en su lengua materna, para lo cual esta iniciativa contará con subtítulos proyectados. Así, mientras que el Teatro Mijas se encarga de El viejo celoso, Theatre Vlstik, de la República Checa, interpretará La guardia cuidadosa y, por último, Theatre Sans Liens, de Francia, La Cueva de Salamanca. Las entradas estarán a la venta a partir del próximo lunes en la Casa Museo (Mijas Pueblo), la Casa de la Cultura (Las Lagunas) y el Centro Cultural (La Cala). El precio de las representaciones es de 6 euros para los grupos locales y 12 para los nacionales. Los interesados podrán adquirir un abono especial para los cinco días por un precio de 36 euros.


Fuente: Desirée Bea - Málaga Hoy

Julio González y Picasso se vuelven a encontrar en la Casa Natal



Picasso y Julio González se conocieron en 1897, en Barcelona, en las tertulias de juventud en el bar Els Quatre Gats. Años después se enemistaron. Se retiraron el saludo hasta que ambos se cruzaron en París, en el bulevar Raspail. Picasso se echó un quite a sí mismo: «¡Vamos a ver, no iremos a estar enfadados toda la vida! ¡Venga un abrazo!». Para entonces corría el año 1921. Picasso era rico y famoso. González trabajaba como soldador en la fábrica de Renault en Burdeos y protagonizaba, al fin, su primera exposición en París.
En apariencia, cuesta encontrar una pareja de autores más dispares que Picasso y González. El primero resultaba un torbellino en la vida y el arte, mientras que el segundo se presentaba como un artesano de sensibilidad casi ermitaña. Y sin embargo, los caminos de ambos se cruzaron en varias ocasiones, trabajaron juntos entre 1928 y 1930 y ahora, casi 80 años después, sus vidas vuelven a encontrarse en la Casa Natal del malagueño.
La fundación municipal presenta 'Julio González. Los límites del metal', una mirada retrospectiva sobre las técnicas y los temas tratados por un autor clave en la historia de la escultura del siglo XX. Medio centenar de piezas procedentes del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). Vienen desde allí porque esta exposición es la contrapartida al préstamo del cuaderno preparatorio nº7 de 'Las Señoritas de Avignon' que el Ayuntamiento cedió al centro valenciano para la muestra 'Julio González versus Picasso', clausurada el pasado 5 de abril.
Gracias a ese acuerdo, hasta el 4 de octubre se pueden contemplar en la sala de exposiciones de la Casa Natal un conjunto de 52 piezas realizadas por Julio González desde la década de 1910 hasta 1942, año de su muerte. Como guiño a los comienzos artesanales de González, la exposición se abre con una selección de piezas de orfebrería. «En ellas no destacan tanto los materiales, que no son lujosos, como el interés por la línea y el detalle», en palabras de la directora de la Fundación Picasso Lourdes Moreno.
Así, las gargantillas, los broches y los collares dan la luminosa señal de salida a un montaje que ofrece un recorrido cronológico por la obra de Julio González. El paseo en la máquina del tiempo (y del espacio) comienza con una serie de «dibujos academicistas de clara influencia modernista», como detallaba la directora de la Casa Natal.
Dibujos modernistas
A ese periodo iniciático corresponden los dibujos a lápiz y pastel 'Desnudo tumbado, cabeza inclinada' (1914) o 'En la playa de Berk' (1926). Conviven esas obras sobre papel los relieves en latón 'Muchacha con libro' (1924-26) o la delicada 'Cabeza con sombrero' (1928-29).
González sigue apegado a la figuración, aunque poco a poco empieza a «investigar sobre el volumen», como adelantaba ayer la directora de Comunicación del IVAM Encarna Jiménez. Las primeras muestras de ese interés por la tridimensionalidad se aprecian en 'Pequeña máscara barroca' (1927-29) y cobran todo el protagonismo en la pareja de bustos 'Cabeza de campesina' y 'Cabeza, doble cabeza' (ambas datadas en el periodo 1934-36).
Incluso la distribución de las obras en la sala presenta a estas dos esculturas como puente tendido entre las piezas de inspiración realista y la nueva tendencia hacia la abstracción que tomó González. Una idea que cobra fuerza también con las fotografías del taller del artista escogidas para decorar las paredes: allí, un brazo esculpido según los cánones de la tradición cuelga junto a bustos apenas insinuados.
Aunque ese tránsito no se produjo de forma tajante, ni mucho menos traumática. Al contrario, la representante del IVAM recordaba durante la presentación que el autor barcelonés cultivó al mismo tiempo figuración y abstracción. Como ejemplo, Jiménez se refirió a las esculturas de bronce 'El pie' (c. 1934-36) y 'Media máscara con dientes' (c. 1935-36), la primera, de corte clásico y la segunda, casi esquemática.
Así, la directora de Comunicación del IVAM situó ayer a González como «un precursor del arte 'minimal'». No sólo por esa máscara sólo trazada sobre el hierro cortado y soldado, sino también por el conjunto de esculturas que componen la sección más espectacular de la muestra.
Dibujar en el espacio
Ahí reclaman el protagonismo 'Arlequín' (1930), 'La gran trompeta' (1932-33) y, sobre todo, 'La mujer ante el espejo' (1934) y 'Dafne' (1937). Las cuatro ilustran el rasgo característico de la obra de González: el empleo del espacio vacío como un elemento compositivo más. La escultura ya no era aquel 'quitar la materia sobrante'; el aire, el vano, entraba en el juego de equilibrios como una masa tan poderosa como el hierro o el bronce. Ese «dibujar en el espacio» con el que González definía su oficio de escultor.
Porque el autor nunca olvidó la importancia del dibujo como piedra angular de la creación plástica. Por eso, en el último apartado de la muestra aparecen papeles en los que aflora la influencia picassiana. Son las máscaras de 'Cabeza con barras' (1941) o 'Mujer maciza' (1940).
Y al final del paseo, dos esculturas en bronce, dos manos alzadas, como las de aquella mujer llorosa del 'Guernica' (1937). Y un grabado, 'Cabeza' (1929-31) a partir de un dibujo de Picasso. El único legado de su trabajo juntos.


Fuente: A.J.López - Diario Sur - Foto: Carlos Moret