jueves, 11 de junio de 2009

Personajes de Málaga: Carlos Álvarez


Carlos Álvarez Rodríguez nació en Málaga el 12 de agosto de 1966. Estudió en un colegio público de la ciudad c.p. Gibraljaire, de cuya escolanía entró a formar parte a los siete años y curso el B.U.P. en Santa Rosa de Lima. Desde 1º B.U.P., hasta C.O.U. fue un estudiante destacado, aunque se le notaba su porvenir como barítono. Fue miembro de diversas corales de aficionados y, en 1988, cuando se creó, del Coro de la Ópera de Málaga. Estudió en el conservatorio de Málaga, compatibilizándolo con sus estudios de Medicina. Finalmente, abandonó éstos y se dedicó profesionalmente a la canción.

Fue determinante su encuentro con su representante Alfonso García Leoz. Debutó en el Teatro de la Zarzuela de Madrid en 1990 con la zarzuela "La del Manojo de Rosas", de Pablo Sorozábal. Comenzó como barítono mozartiano, rechazando la oferta de Riccardo Muti de cantar Rigoletto en La Scala por considerarse demasiado joven e inexperto para interpretarlo.
Plácido Domingo lo ha ayudado en su carrera artística. Así, por ejemplo, le invitó a interpretar el personaje de un cazador portugués, villano de la ópera O Guarani, del compositor brasileño Antônio Carlos Gomes, tanto en Bonn (1994) como en la ópera de Washington D.C., en la inauguración de la temporada de Domingo como Director Artístico (noviembre de 1996). Con Plácido Domingo ha cantado en lugares tan diversos como Frankfurt, Tokio, Hannover, Berlín y Boston, además de escenarios españoles, como Madrid y Sevilla.

Carlos Álvarez ha cantado en los principales teatros del mundo. Así, en el Covent Garden de Londres, intervino en una destacada La Traviata (1994), con dirección de Georg Solti; Otello (1999), con la Orquesta Sinfónica de Londres y dirección de sir Colin Davis y Rigoletto (2003), con dirección de Maurizio Benini. En el Metropolitan Opera de Nueva York ha formado parte de: La Traviata (1996), Il Trovatore, Un baile de máscaras (Renato, 2005), Luisa Miller (2006, junto al tenor californiano de origen hispano Eduardo Villa) y Rigoletto (2006).
Sus mayores triunfos los ha obtenido cantando, a lo largo de varias temporadas, en la Staatsoper de Viena: debut en 1997 con el Rodrigo de la ópera de Verdi Don Carlo, Ernani (1998, dirigido por S. Ozawa), Don Giovanni (1999, dirigido por R. Muti), Roberto Devereux (2000), Las bodas de Fígaro (2001, dirigido por Muti y de nuevo en 2005-2006), La favorita (papel de Alfonso XI, 2003, 2004), Falstaff (papel de Ford, 2003, con dirección de Mehta), El barbero de Sevilla (2003, 2004, 2006). En esta plaza ha sido dirigido, además, por directores como Viotti o Fabio Luisi.
Igualmente, ha cantado en Zúrich (Roberto Devereux, 1997) y Ginebra (El elixir de amor, 1997; El trovador, 1998). Debutó en el Festival de Salzburgo, en un famoso Don Carlo (1998 y 1999), dirigido por Lorin Maazel, que ha sido su gran triunfo en esta plaza; también ha intervenido en un Otello. En Ámsterdam dio una versión de concierto de I Pagliacci (1999), dirigido por Riccardo Chailly, con la Concertgebouw Orchestra, grabado por Decca.'Don Giovanni fue el papel con el que debutó en La Scala en 1999, con dirección de Muti. En octubre de 2006 ha regresado con el mismo papel al teatro milanés, dirigido por Dudamel en producción de Mussbach, con éxito de público.
Otros escenarios de ópera en los que ha cantado son: Rávena (1999, Don Giovanni y Las bodas de Fígaro), Chicago (1999, Linda de Chamounix y La Traviata; 2006, con Rigoletto dirigido por Jesús López Cobos), La Bastilla en París (2001, el Marqués de Posa en Don Carlo; 2002, Otello; y Simón Boccanegra en 2006 con dirección de S. Cambreling), Florencia (2003, Rigoletto) y Tokio (2005, en el papel de Carlo Gérard de Andrea Chénier, con dirección de Miguel Gómez-Martínez).
Además de estos escenarios internacionales, ha destacado en producciones en el Teatro Real de Madrid: Las bodas de Fígaro (1998), Ernani (en el personaje de Don Carlo, 2000), Rigoletto (octubre de 2001, por el que cosechó muy buenas críticas), Ildegonda de Emilio Arrieta (papel de Rolando Gualderano, en versión de concierto, 2004). En 2004, estrenó un Macbeth ambientado en la Primera Guerra Mundial, dirigido por López Cobos en la única ópera de Verdi que le quedaba por dirigir, y dirección de escena de Gerardo Vera. Al año siguiente, abrió la temporada del Real con Don Giovanni, con Víctor Pablo Pérez como director musical y Lluís Pasqual como director de escena que traslada la ópera a los oscuros años cuarenta de posguerra. Igualmente, ha actuado en varias temporadas del Gran Teatro Liceo de Barcelona: Don Carlo (2000), Sir Ricardo Forth en I Puritani de Vincenzo Bellini (2001), Giorgio Germont en La Traviata de Giuseppe Verdi (2001), Rigoletto y Macbeth (2004). En 2006 intervino junto a Montserrat Caballé, en el homenaje al barítono Manuel Ausensi en el Liceo, durante la fase final del Premio Manuel Ausensi y, como Sharpless, en Madama Butterfly, dirigido por Y. Abel.Carlos Álvarez, además, ha cantado en Santander en 2000, junto con otros dos barítonos, Manuel Lanza y Carlos Chausson; en verano de 2001 actuó en el Festival Internacional de Santander con un programa dedicado a ópera (Verdi, Donizetti, Bizet) y zarzuela (Agustín Pérez Soriano).

Picasso, el desnudo como arte


La Casa Natal repasa una de las facetas más recurrentes en la trayectoria plástica del pintor malagueño a través de una exposición compuesta por dieciséis grabados.
Fue una de las constantes de la trayectoria creativa del genio. Este ´invento´ de los griegos, el desnudo, fue para Picasso no un tema sino "una forma de hacer arte". La Fundación Picasso analiza a través de dieciséis obras de las colecciones de la Casa Natal esta temática tan presente en la producción artística del creador malagueño.La exposición ´Picasso: la verdad del desnudo´, que podrá visitarse hasta el 15 de noviembre, ofrece un recorrido por el desnudo en la obra gráfica del artista entre 1947 y 1973. La directora de la Casa Natal, Lourdes Moreno, explicó que el tema del desnudo ya está presente en el verano de Picasso en Gósol (Lérida), a principios del siglo XX, y también en las ´Señoritas de Avignon´, mientras que en la etapa cubista es "menos perceptible", para después regresar esta temática en la época clásica. Moreno observa que más que una evolución de esta temática, Picasso realizó una diferente utilización del desnudo, "diversos tratamientos de esa forma de arte": "En Gósol hay una investigación del cuerpo que le lleva a la creación del cubismo. Para Picasso, el cuerpo humano es uno de los objetos más importantes, y el femenino especialmente", añadió. Así, en la exposición se pueden ver obras de un dinamismo pleno de equilibrio imposibles, como ´Danzas´ (1954) o un homenaje a Delacroix con ´Mujeres de Argel´ (1954). En otras, aparecen escenas en las que se unen el desnudo y la máscara, como ´El viejo rey´ (1959), en un juego entre el ocultamiento de la identidad y la exhibición del cuerpo. Moreno afirma que con los grabados ´Modelo reclinada´ y ´El taller del viejo pintor´, Picasso recurre a la idea del espejo para introducir la idea de una imagen dentro de otra imagen, con lo que se duplica de forma ingeniosa desde el propio grabado la situación del espectador. Y vuelve a suceder este mismo planteamiento en las obras que cierran la muestra, en la que la figura sombría de la Celestina acecha el esplendor de los cuerpos.
Fuente: A. Guillén - La Opinión de Málaga - Foto: Javier Albiñana

José Losada 'Carrete' baila este viernes en el auditorio de la Diputación la palabra recitada de José Luis Ortiz Nuevo


Se puede ser mediocre, técnicamente correcto y hasta sobresaliente en las formas. Pero no se puede ser Carrete. Inclasificable, único e inmenso, José Losada ha vivido por el flamenco y el flamenco es su savia. Hace dos años José Luis Ortiz Nuevo le preparó un espectáculo a su medida, Yo no sé la edad que tengo, autobiográfico, sincero y con el que el veterano bailaor puso en pie al público del Cánovas en el arranque de la Bienal. Ha pasado el tiempo pero este gitano nacido en una era de la Venta de Zafarraya de un año cualquiera continúa dando guerra. Mañana volverá a demostrar que lo suyo es arte sin aditivos en Carrete íntimo, un nuevo montaje que lleva al auditorio de la Diputación por tarantos, bulerías, alegrías y tientos."Me salgo de mis casillas", sentencia Carrete. Lacónico y con esa manera de verbalizar el mundo que le tocó vivir. Junto a él, el flamencólogo Ortiz Nuevo vuelve para recitar su azarosa vida. Porque Carrete quiso ser Fred Astaire desde que de pequeño se escondía "con un batata" entre las butacas del cine, convencido de que el actor "bailaba por bulerías", afirma.Eran otros tiempos y artistas como él pasaban hambre de verdad y dormían al releJustificar a ambos ladosnte por un arte que ha acabado dándole de comer 60 años. Aún se siente "con fuerzas" y su séquito de admiradores crece en cada actuación. Sin ir más lejos, Rufus Wainwright el año pasado en su visita a Málaga le vio bailar y se enamoró de su surrealismo. Tanto es así que se ha puesto en contacto con él para invitarle a amenizar la apertura de una galería de arte en Nueva York. Único.


Fuente: Rocío Armas - Málaga Hoy