sábado, 4 de julio de 2009

Una joven guitarra malagueña con destino a Bruselas


Él quiere superarse a sí mismo, y por eso Sergio Díaz Santos de 29 años, que se formó en el Conservatorio Superior de Málaga hará las maletas para empezar un máster en guitarra clásica en una de las escuelas más prestigiosas del mundo, el Real Conservatorio de Bruselas."No me quiero quedar atrás, y este curso que voy a estudiar ya está homologado en el plan Bolonia", aseguró Díaz Santos cuando mencionaba que su mayor aspiración es "tocar la guitarra para la gente que entienda y tener movilidad europea".Uno de sus profesores del Conservatorio, Javier Chamizo, catedrático de guitarra, fue quien le animó a que se presentase a las pruebas de acceso. "Es una pena que para seguir creciendo como músico tengas que estudiar obligatoriamente en el extranjero porque hay numerosos estudiantes que, como Sergio, merecen esa oportunidad", asegura el catedrático cuando piensa en los casos que como Sergio podrían tener cualidades para aspirar a más.Hace pocos días que Sergio conoce la noticia, y ahora, más relajado, recuerda aquel tribunal ante el que tocó una pieza de Manuel María Ponce y de Leo Brouwer. Y lo debió de hacer bien cuando de entre los diez que se presentaron fue uno de los dos estudiantes que obtuvo plaza. Ahora Sergio deberá potenciar su inglés y francés para esta experiencia que se le avecina en Bélgica.Además de sus excelente formación musical, el guitarrista sacó tiempo para estudiar filosofía en la Universidad de Málaga, pero sus 19 años con su instrumento le pesan más y prefiere seguir su formación por ese camino."A las personas que están en mi situación les animo a que no se lo piensen y se vayan", aconsejó el joven, que nunca ha pasado ninguna etapa fuera de casa. "Mi madre está contenta pero preocupada porque me voy de casa", apuntó Díaz al referirse a la nueva etapa que tiene delante, aunque ya no podrá ver películas de sus directores favoritos, Julio Medem y David Lynch, con su novia.Acompañante. En los viajes de los músicos, los acompañantes son sus propios instrumentos. "Cuando tengo que coger un avión me pregunto por qué no decidiría tocar el flautín en vez de la guitarra", señala Sergio Díaz, quien compró un billete de acompañante a su instrumento cuando fue a hacer las pruebas en Bruselas."He estado trabajando transportando maletas en el aeropuerto y sé perfectamente cómo tratan el equipaje", apuntó el joven malagueño, quien asegura que su guitarra "no es un bulto, y como tal debería ir en otra ubicación". Aún no sabe si a la vuelta deberá volver a comprar un billete de acompañante para la guitarra. No obstante, aunque llevarse consigo la guitarra a Bruselas le inquieta, no le frena la ilusión que arrastra a este malagueño de luchar por su sueño.


Fuente: Julio de la Vega - La Opinión de Málaga - Foto: Carlos Criado

1 comentario:

  1. Enhorabuena a Sergio! aunque no le conozca siempre es bueno saber de personas que luchan por un sueño e intentan superarse a diario.

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