lunes, 22 de junio de 2009

Puro teatro en las aulas de Málaga



Cuando suena la campana, cambian los pupitres por las tablas de un escenario, los vaqueros por los disfraces y los libros de texto por los guiones. No tienen la menor intención -salvo contadas excepciones- de hacer de la interpretación su profesión de futuro, pero a todos les ha picado el gusanillo del aplauso y la magia de poder ser otro por unas horas. Son grupos de teatro 'amateur', nacidos en las aulas de colegios malagueños e integrados por jóvenes de entre 15 y 21 años. Unos han ganado importantes premios, otros sabrán lo que es actuar en el Teatro Alameda y hay quienes han llevado su representación a la mismísima prisión de Alhaurín. Pero los logros no vienen solos: algunos madrugones, muchas horas de ensayo, traslados... Eso sí, todos coinciden en algo: «El esfuerzo merece la pena». Esto es sólo una pequeña muestra de cómo el teatro se ha colado en las aulas malagueñas.
COLEGIO MARAVILLAS
«En el escenario puedes ser quien quieras»
Para los chicos de Alezeia Teatro, del colegio Maravillas de Benalmádena, cualquier momento es bueno para poner a punto su trabajo. No importa que sea Semana Santa, Semana Blanca, día festivo o la hora de comer. «Nos consideramos una familia porque hemos pasado mucho tiempo juntos, hemos compartido muchas experiencias... Tenemos ya lazos muy grandes», apunta Cristina Muñoz.
Alezeia («sinceridad» en griego) nació en septiembre de 2006 por iniciativa del profesor de Geografía, Historia y Arte, Juan Manuel Castillo, y de su pareja Desiré Pérez, monitora de teatro del colegio. Desde el principio, apostaron por la revisión de obras grecolatinas -con su toque personal y una estética modernista- porque abordan temas que «nunca pasan de moda». «El teatro tiene un aspecto educativo indudable, comprenden hechos que pueden suceder en cualquier momento y les aporta sentido de la responsabilidad», señala Castillo.
Pero subirse a las tablas les da mucho más. «Soy muy tímida, pero encima del escenario puedes ser lo que tú quieras», admite Natalia Leiva. «Te proporciona seguridad en ti misma y te ayuda a superar muchas cosas», añade Estefanía Díaz. Y no sólo tiene beneficios para los alumnos. «Cuando estoy con ellos es cuando me siento realizado», asegura el profesor y fundador del grupo, que cuenta con el apoyo del centro escolar, de los padres de los alumnos y del Ayuntamiento de Benalmádena a través de la Muestra de Teatro.
Desde que echara a andar, han estrenado tres montajes (cada año debutan con una nueva obra, mientras que representan en concursos la del año anterior) y ya han colocado en las estanterías tres galardones: tercer premio en comedia latina en el Concurso Nacional de Teatro Grecolatino organizado por el Ministerio de Educación, primer premio en el Certamen Andaluz de Teatro Juvenil García Ramos y segundo Premio Buero de Teatro Joven de Andalucía. Un buen currículum que les anima a ir a más: «Nos planteamos convertirnos en asociación teatral para poder participar en concursos de teatro aficionado o semiprofesional, e incluso llegar a formar una compañía», avanza Castillo.
Y parece que no les faltara reparto. «Es tan fuerte lo que vivo aquí que segurísimo que sigo», apostilla Cristina. «Estoy convencido de que podré compaginarlo con una Ingeniería; merece la pena», añade Javier Rivera. De hecho, eso mismo hace ya Daniel Macías. Dejó el colegio hace algunos años -tiene 21-, pero sigue pasando muchas horas allí. Al tiempo que estudia la carrera de Historia, ve realizada su vocación artística en Alezeia. Hoy representarán por última vez 'Las troyanas' -con la que han cosechado dos galardones- para despedir el curso escolar en una actuación abierta al público.
I.E.S. JOSÉ MARÍA TORRIJOS
«No olvidaremos nunca la actuación en prisión»
Artes escénicas y solidaridad se unen en el I.E.S. José María Torrijos de Málaga. Allí se fraguó hace dos años la Compañía de Teatro Solidario Jóvenes en Acción. «Es una herramienta con la que se puede llegar a mucha gente», señala Loli Navarro, profesora de Religión del centro escolar. A través de su departamento, Navarro presentó un proyecto de innovación educativa que perseguía inculcar valores a los alumnos acercándolos a la realidad social de su entorno. La iniciativa recibió la aprobación de la Delegación de Educación y un premio de Caixa Catalunya como Iniciación al Voluntariado Juvenil. La idea se plasmó en la creación de un grupo que llevara la alegría del teatro a colectivos sociales desfavorecidos. En este tiempo ya han actuado para la Asociación Protectora de Minusválidos Psíquicos La Traiña, la Ciudad de los Niños, la residencia del Buen Samaritano, el centro psiquiátrico San Juan de Dios y, el pasado miércoles, para los presos de la prisión de Alhaurín de la Torre.
«Te das cuenta de que con poca cosa se puede hacer feliz a los demás», cuenta el joven Diego Vargas. «Siempre se dice eso, pero nunca lo había vivido en mis carnes. Ahora lo sé. Esto te ayuda a crecer como persona», añade Elena Bustos.
Ensayan cuatro horas a la semana por las tardes, capeando con los exámenes, algún que otro castigo y los días festivos. Todo tiene que estar listo para la celebración escolar del Día de Andalucía. Tras el estreno, comienza el circuito teatral. Este año han llevado a escena 'La zapatera prodigiosa', de Federico García Lorca, aunque con un toque actual. Entre acto y acto, los alumnos ofrecen tres números musicales con temas de hoy día, desde Nena Daconte a Alaska.
Todo es de producción propia. Los alumnos de un módulo de Mantenimiento han fabricado el decorado; Daniel García, de 15 años, es el manitas del grupo y el encargado del sonido; y la ropa... es cosa de la familia. «Le pregunté a mi abuelo cómo se vestía para meterme en el papel y le cogí la ropa a mi tío», explica Diego.
Con el teatro han hecho sonreír a niños con problemas, han dado compañía a ancianos -«nos agradecieron infinitamente que fuéramos allí», dice Paqui Fernández- y han sacado por unos minutos de su rutina a más de 200 presos de la cárcel de Alhaurín.
Para todos era la primera vez que cruzaban al otro lado de las rejas. «Fue muy impactante para ellos y los internos disfrutaron mucho: se levantaban a aplaudir cada tres frases», recuerda la profesora Navarro. «Es una experiencia que no vamos a olvidar en la vida», apunta Elena. «Su vida allí es siempre lo mismo y esa horita que estuvimos con ellos la disfrutaron de verdad», añade Paqui, a quien le impresionó ver a hombres «poco mayor» que ellos en prisión. «Eso te hace pensar», dice.
COLEGIO LA ASUNCIÓN
«Lo mejor es la amistad que hemos hecho»
Es ya una tradición: los alumnos de último curso se despiden del colegio La Asunción encima del escenario. Desde hace 13 años, Beatriz Alonso compagina su trabajo como profesora de inglés con su pasión por el teatro. «Cuando empecé no sabía dónde me estaba metiendo. Todos los años digo: 'no lo vuelvo a hacer nunca más', pero luego ves el resultado... y repites». Este año, sin embargo, insiste en que la retirada es definitiva. Y dice adiós con la obra 'No se lo digas a mamá', un musical de creación propia que sube a las tablas a medio centenar de estudiantes, profesores y antiguos alumnos.
Desde canciones de 'Hoy no me puedo levantar' hasta temas de 'El hombre de La Mancha', pasando por 'Chicago' o 'Mamma Mía!', se mezclan con una historia juvenil «que podría ser real, con situaciones que se les da a los adolescentes», explica Alonso. El montaje se ha representado ante padres, alumnos y amigos, pero el jueves 25 de junio saldrá -con el apoyo de la Asociación de Madres y Padres- del salón de actos del centro para subir el telón del Teatro Alameda (19.30 horas), nada menos que el segundo espacio escénico de la ciudad. «Nos hace muchísima ilusión», declaran los chicos.
Hasta llegar a ese día, han tenido que ensayar tres tardes a la semana -siempre que no hubiera exámenes-, ya fuera festivo, Semana Santa o Semana Blanca. Y es que no sólo debían memorizar el texto y coordinar las coreografías, también había que diseñar y fabricar el decorado, así como el vestuario. Muchas horas que han hecho surgir entre ellos alguna que otra historia de amor y, sobre todo, de amistad. Además, inevitablemente, se ha diluido la habitual frontera que existe entre profesora y alumno. «El trato es ya se persona a persona», apunta Alonso.
«Lo mejor que me llevo de esta experiencia es la amistad que hemos hecho, somos un grupo unido», afirma la joven Aurora Repiso. «El teatro me ha ayudado a hacer nuevas amistades con compañeros con los que nunca antes había hablado», añade Alberto García. «Será algo que recordemos toda la vida», concluye Marta Marqués.


Fuente: Diario Sur- REGINA SOTORRÍO - Foto: ANTONIO SALAS

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