domingo, 24 de mayo de 2009

Aitana Sánchez-Gijón y Maribel Verdú: «Nos estamos dejando llevar por el placer de estar juntas»


Tenían muchas ganas de trabajar juntas. Y el teatro lo ha permitido. Maribel Verdú y Aitana Sánchez-Gijón protagonizan ´Un Dios salvaje´, una comedia que protagonizan los días 26, 27 y 28 en el Teatro Cervantes y donde dos matrimonios se reúnen para conciliar posturas tras la pelea entre sus hijos. Las actrices empiezan reconociendo que "la autora, Yasmina Reza, utiliza el arma del humor para plantear temas que nos incumben a todos, como la doble moral o el poder de la reflexión frente al instinto más animal".–Las hemos visto crecer en la pantalla. Los años pasan, aunque su envidiable físico no lo demuestre. ¿Se ven las cosas con la edad de otro modo?–Maribel: ¡Totalmente! Estableces unas prioridades que antes ni siquiera te planteabas. Desde luego, yo no las cambio por nada.–Aitana: Y relativizas más. Yo, cuando era más joven, lo tomaba todo en términos muy absolutos. Algo doloroso era lo más doloroso de la tierra y parecía que nunca ibas a salir de ahí. O, al revés, algo fantástico era como si fuese a durar siempre, y le dabas una importancia que luego se diluía. Con el tiempo, te vas dando cuenta de que la vida es una sucesión de altos y bajos. Lo importante es seguir en el camino.–M.: Cuando alguien atraviesa un momento malo, ese momento pasará. Pero cuando atraviesas uno bueno, ése también va a pasar. Es así.–De todos modos, parece que en sus vidas hay muchos más momentos buenos que malos.–M.: Pues hay de todo, porque somos humanas. Ojalá el camino fuese igual para todos. Para unos es más fácil, pero, aun cuando es fácil, hay muchos momentos jodidos.–A.: Lo que pasa es que no lo sacas de cara a la galería. Evidentemente, forma parte más de la intimidad de cada uno y no sueles mostrar tus momentos más dolorosos. Forman parte de la esfera totalmente privada.–¿Es más difícil preservar la vida privada ahora que cualquiera lleva una cámara de fotos encima?–M.: ¡Ay! Eso se ha notado muchísimo. Antes estabas en Toledo y la cámara la llevaban los que habían ido a visitar la ciudad. O en Sevilla, los que estaban allí por Semana Santa. Pero es que ahora todo el mundo te puede hacer una foto en cualquier momento. Y lo peor es que se creen con capacidad de hacértela en cualquier sitio.–A.: Se creen con derechos. Es una pesadilla. –M.: El otro día llegué a las doce de la noche en el tren, con la maleta, y me dijeron: "¿Te importa hacerte una foto con nosotros?". Eran las doce de la noche, estaba cansada... Yo, cuando salgo del teatro, me hago fotos con quien sea, con los que ha venido a ver la función. Pero estar comiendo, haciendo cola en un aeropuerto, paseando por la calle, y que todo el mundo quiera hacerte una foto... Francamente, es lo único que yo no llevo bien de esta profesión.–Claro, luego habrá quien crea son unas actrices bordes...–A.: Pues sí, sí. Eso también es muy común. No se ponen en tu lugar en ningún momento. Se lo explicas, pero les da lo mismo. En realidad, no eres más que un objeto para fardar. Yo soy muy, muy estricta en ese tema.–M.: No te puedes imaginar las explicaciones que yo doy: "Mira, de verdad, es que no es el momento. Si no te importa, te doy dos besos o te firmo un autógrafo, pero una foto, no, porque es para enseñársela a todo el mundo y yo voy sin maquillar". "No me importa, estás muy guapa", dicen. Pero a mí sí me importa, porque esa foto no es para guardarla, sino para enseñársela a la gente. Y eso es lo único que llevo muy mal.–Ésta es la primera vez que coinciden sobre un escenario. ¿Son muy diferentes?–A.: Por carácter y por todo, somos diferentes. Pero compartimos la misma pasión y entrega.–M.: Y la misma generosidad, ilusión, complicidad... Yo lo digo siempre: esta función está siendo la felicidad de mi vida. La gente me pregunta por la película de Coppola, pero a mí lo que me gusta es hablar de ´Un Dios salvaje´, que es lo que me da la felicidad y de lo que estoy aprendiendo profesional y humanamente. Por eso hemos ampliado esta gira, no porque no tengamos otras ofertas interesantes.–A.: Nos estamos dejando llevar por el placer de estar juntas. Por otra parte, a mí las cosas que me están llegando en cine son muy poco interesantes. Y, bueno, yo he sido una actriz que siempre ha hecho teatro y cine.–En esta función son dos madres. ¿Tienen hijos en la vida real?–A.: Pues si no lo sabes, ¡fantástico! [se ríe]. Yo sí lo soy; Maribel, no.–¿Y ve las cosas ahora de otra manera?–A.: No es exactamente que lo vea de otra manera, pero entiendo mejor esa salvaje que le sale al personaje de las tripas a la hora de defender a su hijo. Se pone hecha un basilisco cuando le tocan a su niño, perdiendo los papeles y la compostura, sacando sus peores instintos. –¿Ambas han tenido sus escarceos con el cine anglosajón. ¿Como es su relación con Hollywood?–A.: Afortunadamente, eso de la globalización tiene sus cosas positivas, como esta corriente de ida y vuelta, que te permite trabajar en otros países. Unas veces, vas tú; otras, vienen ellos.


Fuente: La Opinión de Málaga

No hay comentarios:

Publicar un comentario